Hay otros besos.
Otros besos que antes fueron palabras.
El escenario es un bar.
De madrugada.
Los labios dicen cosas.
Entre el humo y la música,
entre el aroma lento del ron y el ruido de las voces,
entre los focos amarillos y las promesas veloces,
los labios se confiesan.
Los labios dan forma a las verdades del corazón.
Porque no nos atrevemos a decirlo de otro modo.
Porque tenemos miedo, los labios hacen su canción.
Los labios se mueven, se cuentan cosas,
y en un súbito instante, se aproximan y se tocan.
Los labios que antes hablaban, ahora se alborotan.
Solo un segundo,
solo un momento,
y ya están juntos.
En una marea,
en la llama de una vela,
con su oleaje, con su atrevimiento de sirena,
con su violencia, con su humedad penetrante y terca,
los labios se besan.
Y las palabras terminan.
Y las verdades del corazón se esconden bajo la mesa.
1 comentario:
cuanto sentimiento en tan poco espacio
Publicar un comentario