miércoles, 14 de diciembre de 2011

Conducir a cualquier parte

Echo de menos conducir.... Hubo un tiempo en que conducía mucho. Conducía bajo el sol, bajo el gran cielo de la meseta. Solían ser rectas interminables, a veces algunas curvas abiertas, y a los lados casi siempre se abría un cielo azul inmenso, chispeante.

También conducía entre la niebla, especialmente en invierno, con la noche cerrada poblando de miedos mi cabeza. Otras veces conducía bajo la lluvia. Era una lluvia torrencial, espesa. Hubo días que conducía con nieve en la carretera. Entonces el coche hacía un zig zag muy curioso, un balanceo inestable y muy tonto. El manto blanco lucía bien bonito sobre la explanada.

Echo de menos conducir. Agarrar bien fuerte el volante y pinchar mi zapato sobre el embrague, mientras cambio de marcha sin descuidarme. Sentir la aceleración bajo mi cuerpo, mientras el paisaje corre veloz por todas partes, envolvente. Echo de menos conducir e irme a cualquier parte.



lunes, 5 de diciembre de 2011

Soñamos

Sueña la piedra,
sueño el gusano,
sueña la nieve,
sueña el enano,
soñamos,
sueña mi vida por dentro,
desde el alba hasta el ocaso.